
Pasamos la página del húmedo y accidentado premio de Europa para adentrarnos en el interesante GP de Hungría, en el sinuoso circuito de Hungaronring, Budapest. Ya el final de la temporada está a la vuelta de la esquina, pero nada está ni remotamente escrito.
Los ánimos se caldearon en Nürgburgring, definitivamente. La maniobra, que a mi parecer no fue nada arriesgada sino más bien audaz, por parte de Alonso al adelantar a Felipe Massa faltando 5 vueltas para el final, levantó las costras que carreras atrás se habían producido entre estos dos pilotos. A colación salió aquel incidente en Barcelona, cuando Alonso intentó pasar en la primera curva a Felipe pero terminó en la grava del circuito.
Las rivalidades entre pilotos siempre han existido en la Fórmula 1, han sido parte de ella y lo seguirán siendo per secula seculorum. Es algo intrínseco dentro del deporte mismo, va de la mano con la rivalidad deportiva que se aumenta y se sale de sus límites cuando ganar es el principal objetivo. Todavía se recuerdan con remembranza aquellos altercados entre Senna y Prost, dentro y fuera de las pistas. Schumacher en más de una ocasión discutió con Senna, con Damon Hill, con Villeneuve, y hasta con Montoya.
Pero la rivalidad de este año está muy buena, porque está reviviendo esos años dorados de la F1, que por mucho tiempo se habían extraviado y los fanáticos reclamábamos airadamente su retorno. Los puntos están estrechos, no hay mucho margen de diferencia entre el primero y el cuarto lugar. Un descuido de cualquiera, una racha de mala suerte o la impetuosa actuación de cualquiera podría despojarlo de su tan anhelado campeonato.
De cara a la carrera
Hungaroring es un trazado altamente técnico, con una importante cantidad de curvas cerradas que obligan a los mecánicos a colocar grandes cargas aerodinámicas para lograr una mayor estabilidad en los monoplaza. Después de Mónaco, Hungaroring es el circuito más sinuoso y lento del calendario de la F1. Su asfalto es abrasivo, lo que requerirá de neumáticos de un compuesto intermedio, que permita hacer dos paradas en la carrera.
Uno de los obstáculos más difíciles que deben sortear los pilotos en esta carrera, es que adelantamiento. Es por ello que la sesión de clasificación es vital. Hay que lograr partir bien y en una buena posición, porque las zonas de adelantamiento en Hungaroring son muy escasas.
Para Alonso este circuito es uno de los preferidos. Le trae buenos recuerdos. En 2003 pudo lograr su primera victoria en la Máxima Categoría precisamente aquí. Pero desde ese año no logra una victoria en Hungría.
El año pasado tuvo que retirarse por una falla mecánica. El triunfo fue para Jenson Button. Las cosas podrían ser diferentes para el español este año. Poder puntuar 10 tantos en esta carrera sería más que vital para su intención de lograr su tercer campeonato. Pero esa misma es la intención de por lo menos 3 pilotos más: Massa, Hamilton y Raikkonen.
La temporada está pareja, tanto a nivel técnico como en condiciones de pilotos. Hamilton conoció la mala suerte en Alemania, condición que parece ser constante en Raikkonen. Massa fue despojado de su manjar a pocos giros de la meta y Alonso sueña con repetir lo logrado en 2003. Ciertamente, y cómo se ha venido mostrando la temporada, cualquiera de estos 4 pilotos puede logra el triunfo en Hungría. Pero ganar el campeonato va mucho más allá de ganar una carrera, es mantenerse en la lucha, sumar puntos y estar siempre en la foto, y Hamilton es quien mejor ha logrado este cometido. Amanecerá y veremos...
Los ánimos se caldearon en Nürgburgring, definitivamente. La maniobra, que a mi parecer no fue nada arriesgada sino más bien audaz, por parte de Alonso al adelantar a Felipe Massa faltando 5 vueltas para el final, levantó las costras que carreras atrás se habían producido entre estos dos pilotos. A colación salió aquel incidente en Barcelona, cuando Alonso intentó pasar en la primera curva a Felipe pero terminó en la grava del circuito.
Las rivalidades entre pilotos siempre han existido en la Fórmula 1, han sido parte de ella y lo seguirán siendo per secula seculorum. Es algo intrínseco dentro del deporte mismo, va de la mano con la rivalidad deportiva que se aumenta y se sale de sus límites cuando ganar es el principal objetivo. Todavía se recuerdan con remembranza aquellos altercados entre Senna y Prost, dentro y fuera de las pistas. Schumacher en más de una ocasión discutió con Senna, con Damon Hill, con Villeneuve, y hasta con Montoya.
Pero la rivalidad de este año está muy buena, porque está reviviendo esos años dorados de la F1, que por mucho tiempo se habían extraviado y los fanáticos reclamábamos airadamente su retorno. Los puntos están estrechos, no hay mucho margen de diferencia entre el primero y el cuarto lugar. Un descuido de cualquiera, una racha de mala suerte o la impetuosa actuación de cualquiera podría despojarlo de su tan anhelado campeonato.
De cara a la carrera
Hungaroring es un trazado altamente técnico, con una importante cantidad de curvas cerradas que obligan a los mecánicos a colocar grandes cargas aerodinámicas para lograr una mayor estabilidad en los monoplaza. Después de Mónaco, Hungaroring es el circuito más sinuoso y lento del calendario de la F1. Su asfalto es abrasivo, lo que requerirá de neumáticos de un compuesto intermedio, que permita hacer dos paradas en la carrera.
Uno de los obstáculos más difíciles que deben sortear los pilotos en esta carrera, es que adelantamiento. Es por ello que la sesión de clasificación es vital. Hay que lograr partir bien y en una buena posición, porque las zonas de adelantamiento en Hungaroring son muy escasas.
Para Alonso este circuito es uno de los preferidos. Le trae buenos recuerdos. En 2003 pudo lograr su primera victoria en la Máxima Categoría precisamente aquí. Pero desde ese año no logra una victoria en Hungría.
El año pasado tuvo que retirarse por una falla mecánica. El triunfo fue para Jenson Button. Las cosas podrían ser diferentes para el español este año. Poder puntuar 10 tantos en esta carrera sería más que vital para su intención de lograr su tercer campeonato. Pero esa misma es la intención de por lo menos 3 pilotos más: Massa, Hamilton y Raikkonen.
La temporada está pareja, tanto a nivel técnico como en condiciones de pilotos. Hamilton conoció la mala suerte en Alemania, condición que parece ser constante en Raikkonen. Massa fue despojado de su manjar a pocos giros de la meta y Alonso sueña con repetir lo logrado en 2003. Ciertamente, y cómo se ha venido mostrando la temporada, cualquiera de estos 4 pilotos puede logra el triunfo en Hungría. Pero ganar el campeonato va mucho más allá de ganar una carrera, es mantenerse en la lucha, sumar puntos y estar siempre en la foto, y Hamilton es quien mejor ha logrado este cometido. Amanecerá y veremos...