
Siempre que una carrera de Fórmula 1 es salpicada por la presencia en pista del carro de seguridad durante su desarrollo, el resultado casi siempre es inesperado. Singapur, primera carrera nocturna de todos los tiempos en la Máxima Categoría, no fue la excepción. Pocos —ni siquiera el mismo Fernando Alonso— apostaban antes de la carrera a un triunfo del asturiano antes de la partida. Pero, irónicamente, su propio compañero de escudería, Nelson Piquet Jr, le abrió las puertas a esa posibilidad. Su accidente provocó la salida del "Safety Car" y después de eso los números entraron en el biombo: cualquiera podía ganar.
Justo en esa incursión del carro de seguridad surgieron los elementos que le dieron la victoria al español. Todo se dio para que Alonso, después de partir desde la 15ª casilla, lograra subir a los más alto del podio. ¿Suerte? Parte de la estrategia de Alonso para esta carrera, luego de su trágica sesión de clasificación, era hacer tres paradas, de manera de lograr, por lo menos, entrar en los puntos. En las primeras de cambios ésto pareció ser positivo para el piloto de Renault, incluso había logrado remontar tres puestos para el momento del accidente de Piquet. Posibilidades de que entrara en los puntos las había, pero de ahí a ganar la carrera ni él mismo lo esperaba.
Pero no todo fue un golpe de suerte sencillo, hubo otros factores que entraron en juego. La entrada a pits de Nico Rosberg con el "Safety Car" en pista fue, quizá, una estrategia del viejo "zorro" de Franz Williams. Sabía que iban a penalizar a su piloto, pero también tenía en cuenta que al salir de pits iba a quedar en primer lugar y que al tener la pista despejada iba a poder sacar cierta ventaja para cuando los jueces decidieran llamarlo a box para pagar la penalización. Así ocurrió. Rosberg se despegó al entrar el carro de seguridad y logró sacar suficiente ventaja, pero Alonso había quedado mejor parado. Igual estrategia la de Kubica, quien logró colarse entre los primeros, aunque la penalización (algo drástica con un stop and go) lo alejara posteriormente de la punta.
Ya en el giro 34 los cálculos estaban hechos. Alonso se haría de la punta de la carrera y el resto se pelearía lo que quedaba de puntos. Kimi Raikkonen estaba entre esos posibles pilotos que sumarían en Singapur, pero una maniobra arriesgada los sacó de carrera. Sin dudas el finlandés quiso ir más rápido en una zona donde la velocidad es el enemigo número uno del carro. Pasó sobre los morrillos y terminó estrellándose ante la pared. Fin de la carrera. Ferrari querrá olvidar ese fin de semana cuanto antes, pero la imagen del carro de Felipe Massa arrastrando la manguera de combustible por la calle de box estará impresa en la retina de muchos por muchísimo tiempo. De nada valió el novedoso semáforo de la escudería italiana.
Hace unos 4 años, en el GP de Austria, Michael Shumacher fue víctima de un incendio en su monoplaza, producto de un accidente el pits al momento de reabasteserle de combustible. Su tranquilidad y entereza ante esta situación fue criticada por unos y alabada por otros. Lo cierto es que Michael terminó ganando aquel GP a pesar del percanse. Massa, por el contrario, al ver que su compañero de equipo estaba esperando detrás de él, para echar gasolina y cambiar cauchos, decidió erróneamente apresurar su partida. Semáforo en verde o no, Felipe dio inicio a una cadena de sucesos inesperados para la casa de Maranello. Las posibilidades de quedar campeón este año se pudieron haber desvanecido justo es ese instante.
Un día de suerte
Alonso no podrá olvidar nunca esa carrera en Singapur. Tampoco lo hará la Fórmula 1 y sus seguidores. Dentro de algunos años, cuando los libros cuenten la historia, se verá que Alonso partió de 15º y remontó impresionantemente para llevarse la victoria en el primer GP de noche en la Fórmula 1. Nadie recordará el incidente de Piquet, el descuido de Massa o la mala fortuna de Raikkonen; y eso, a fin de cuentas, es lo que vale.
Para Fernando Alonso lo más importante de esa carrera fue haberse reencontrado con el triunfo, cosa que no hacía desde el año pasado cuando ganó en Monza, por allá en el mes de septiembre. En aquella oportunidad vestía los colores de McLaren Mercedes Benz. Para Renault, fue un repunte en sus intenciones de ser más competitivos para el año 2009, en el que esperan entregarle al español un carro que le permita estar entre los primeros.
Bien por el asturiano, bien por la escudería francesa y bien por Singapur, por haber organizado un extraordinario GP que pasó, hace rato, a la historia de este fascinante deporte a motor.
Sólo tres citas
A falta de tres carreras para decirle adiós a la temporada 2008, las cosas se mejoraron muchísimo para Hamilton y McLaren Mercedes. Evidentemente, la sustracción de los puntos en Bélgica pesan bastante en estos momentos, sobre todo cuando no se pudo ganar en Singapur.
A Hamilton le sienta bien los circuitos que vienen: Shangai, en China; Fuji, en Japón; e Interlagos, en Brasil. Sólo este último pudiera ser un hueso duro de roer para el británico, sobre todo porque estará en casa de Massa. He ahí la importancia de ganar o sumar más que el carioca en las citas previas.
Son 84 puntos de Hamilton contra 77 de Massa. Olvidemos ya a Kimi que está tercero con 64, salvo un milagro (que nunca dejan de ocurrir) el finlandés pudiera estar contando la misma historia del año pasado en Brasil. Con siete unidades de ventaja, Hamilton puede jugar a algo divertido con Massa. Si Hamilton gana en China y en Japón, siendo secundado por Massa en ambas válidas, ya sería campeón, sin importar qué sucediera en Brasil. Si es Massa quien gana en ambas carreras, seguido de Lewis en las dos, entonces todo se decidiría en Brasil, pero no de forma tan fácil para el piloto de casa, pues si llegase a ganar y Hamilton llega segundo, el campeonato sería para el británico por un punto.
En relación de peso entre los hipotéticos puntos sumados y la actual posición de ambos pilotos, la situación es más difícil y complicada para Massa. Pero, en este deporte no hay nada escrito. Rememorando a Yogi Berra: "Esto no se acaba hasta que se termina".
Más difícil pero no menos descabellado son las posibilidades de Kimi. El finladés tendría que ganar en China y Japón y que ni Hamilton ni Massa sumasen un punto. Esto lo empataría con el de McLaren en el primer lugar. Llegarían a Brasil al desempate y a adueñarse del campeonato. ¿Imposible? Se han visto casos.
Lo mejor de toso esto es que dentro de 2 semanas se contará la cuenta regresiva de un mes para saber quién será el campeón 2008 de la Fórmula 1. Esperemos, pues, el desenlase de esta magnífica historia.
Con respecto a las escuderías y sus posibilidades este año, será para una próxima entrega.