Los últimos años en la Fórmula 1 habían sido monótonos, aburridos e, incluso, predecibles. En la primera década de este milenio Schumacher y Ferrari dominaron a placer las temporadas de 2000, 20001, 2002, 2003 y 2004, hasta que llegó el jovencito de Asturias y los destronó. Parecía que aquella monotonía vivida había llegado a su fin, pero los comentarios y la actitud de Fernando Alonso lo convirtieron en un repulsivo dueño de los campeonatos 2005 y 2006.
Sin duda, el piloto español fue superior al siete veces campeón mundial, así como su escudería de entonces, Renault, fue más que la Ferrari de Schumacher, aspecto más que vital para lograr resultados positivos en esta disciplina.
El retiro definitivo del alemán fue motivado a esta superioridad demostrada por Alonso en esos dos años, además que el experimentado piloto había dejado claro, años atrás, que su retiro se haría efectivo cuando llegara un piloto que lo superara en pista. Y llegó.
Pero Alonso pensó que la ida de alemán sus victorias vendrían una detrás de la otra. "Vencer dos años consecutivos al siete veces campeón es algo muy gratificante. Mi próxima meta es volver a ser campeón pero con otra escudería. Eso sería magnífico," llegó a decir. Lo que no contaba el español es que a su llegada a la escudería McLaren se encontraría con un debutante, británico y con excelentes condiciones al volante, que ha sido el dolor de cabeza del asturiano desde el mismo inicio de la temporada.
Salvo la última carrera en Nürburgring, Hamilton estuvo en el podio en todas, logrando sumar 70 valiosos puntos a mitad de campeonato. Las estadísticas a futuro avizoran grandes cosas para el británico, sobre todo si continúa en una escudería como la McLaren que siempre está en la pelea por el título. Todas las esperanzas de la divisa británica están puestas sobre Hamilton, incluso más que sobre el actual campeón, Alonso. El español ha declarado que la escudería ha tenido preferencias por el británico, comentario más que recalcitrante y necio, sobre todo viniendo de un piloto que fue el "niño mimado" en Renault y Briatore.
A Alonso le llegó la hora de demostrar si es el campeón que dice ser, ese que logró dos campeonatos con una leyenda del automovilismo mundial como Schumacher todavía activo. Llegó la hora se convencer a propios y extraños si esa superioridad de la que tanto alardea es más que sólo palabras que salen de su boca.
Hace ya unos cuantos años que no se veía una temporada como la actual. Cuatro pilotos son proclives a quedarse con el título de este año. Lo apretado de los puntos, sobre todo después de esta último GP de Europa, demuestran que hay competencia, palabra ésta que años atrás fue sustituida por hegemonía.
La última vez que recuerdo un campeonato así de reñido, con dos o más pilotos con posibilidades de ser campeones, fue en 1997, año en el que debutaba Schumacher con Ferrari y Jaques Villeneuve hacía su segundo año en la máxima categoría proveniente de la Cars. El actual campeón para ese año, Damon Hill, acompañaba al canadiense Villeneuve en Williams-Renault, mientras que Schumacher era el compañero de Eddie Irvine en Ferrari.
Cada carrera era expectante. Las Pole eran variopintas, así como la grilla de salida. Villeneuve y Schumacher lucharon codo a codo hasta el final. Sólo una imprudencia del alemán le otorgó la victoria al canadiense en la última válida, cuando en una arriesgada maniobra de Schumacher dejaba fuera de competencia a Villeneuve en Jerez. Los puntos de Schumacher fueron borrados, castigo que impuso la FIA por considerar antideportiva la actitud del alemán. Villeneuve lograba así su único triunfo en un campeonato mundial de Fórmula 1.
Fueron épocas emocionantes para la F1, al igual que lo fueron los años dorados cuando Ayrton Senna, Alain Prots y Nigen Mansel dejaban el alma en cada válida, por allá a finales de los '80 y comienzo de los '90. Los puntos al final del campeonato eran más que parejos y a falta de una carrera no se sabía quién podría ser el campeón.
Este año, producto quizá de algunos cambios y otras decisiones importantes, la competitividad ha vuelto a ser la protagonista en cada válida. Hay una paridad entre los pilotos de dos escuderías. Y, cuando alguno abandona o sufre desperfectos en su máquina, surge uno que otro piloto que lleva los colores de su país y su escudería al podio.
Sin duda, el piloto español fue superior al siete veces campeón mundial, así como su escudería de entonces, Renault, fue más que la Ferrari de Schumacher, aspecto más que vital para lograr resultados positivos en esta disciplina.
El retiro definitivo del alemán fue motivado a esta superioridad demostrada por Alonso en esos dos años, además que el experimentado piloto había dejado claro, años atrás, que su retiro se haría efectivo cuando llegara un piloto que lo superara en pista. Y llegó.
Pero Alonso pensó que la ida de alemán sus victorias vendrían una detrás de la otra. "Vencer dos años consecutivos al siete veces campeón es algo muy gratificante. Mi próxima meta es volver a ser campeón pero con otra escudería. Eso sería magnífico," llegó a decir. Lo que no contaba el español es que a su llegada a la escudería McLaren se encontraría con un debutante, británico y con excelentes condiciones al volante, que ha sido el dolor de cabeza del asturiano desde el mismo inicio de la temporada.
Salvo la última carrera en Nürburgring, Hamilton estuvo en el podio en todas, logrando sumar 70 valiosos puntos a mitad de campeonato. Las estadísticas a futuro avizoran grandes cosas para el británico, sobre todo si continúa en una escudería como la McLaren que siempre está en la pelea por el título. Todas las esperanzas de la divisa británica están puestas sobre Hamilton, incluso más que sobre el actual campeón, Alonso. El español ha declarado que la escudería ha tenido preferencias por el británico, comentario más que recalcitrante y necio, sobre todo viniendo de un piloto que fue el "niño mimado" en Renault y Briatore.
A Alonso le llegó la hora de demostrar si es el campeón que dice ser, ese que logró dos campeonatos con una leyenda del automovilismo mundial como Schumacher todavía activo. Llegó la hora se convencer a propios y extraños si esa superioridad de la que tanto alardea es más que sólo palabras que salen de su boca.
Hace ya unos cuantos años que no se veía una temporada como la actual. Cuatro pilotos son proclives a quedarse con el título de este año. Lo apretado de los puntos, sobre todo después de esta último GP de Europa, demuestran que hay competencia, palabra ésta que años atrás fue sustituida por hegemonía.
La última vez que recuerdo un campeonato así de reñido, con dos o más pilotos con posibilidades de ser campeones, fue en 1997, año en el que debutaba Schumacher con Ferrari y Jaques Villeneuve hacía su segundo año en la máxima categoría proveniente de la Cars. El actual campeón para ese año, Damon Hill, acompañaba al canadiense Villeneuve en Williams-Renault, mientras que Schumacher era el compañero de Eddie Irvine en Ferrari.
Cada carrera era expectante. Las Pole eran variopintas, así como la grilla de salida. Villeneuve y Schumacher lucharon codo a codo hasta el final. Sólo una imprudencia del alemán le otorgó la victoria al canadiense en la última válida, cuando en una arriesgada maniobra de Schumacher dejaba fuera de competencia a Villeneuve en Jerez. Los puntos de Schumacher fueron borrados, castigo que impuso la FIA por considerar antideportiva la actitud del alemán. Villeneuve lograba así su único triunfo en un campeonato mundial de Fórmula 1.
Fueron épocas emocionantes para la F1, al igual que lo fueron los años dorados cuando Ayrton Senna, Alain Prots y Nigen Mansel dejaban el alma en cada válida, por allá a finales de los '80 y comienzo de los '90. Los puntos al final del campeonato eran más que parejos y a falta de una carrera no se sabía quién podría ser el campeón.
Este año, producto quizá de algunos cambios y otras decisiones importantes, la competitividad ha vuelto a ser la protagonista en cada válida. Hay una paridad entre los pilotos de dos escuderías. Y, cuando alguno abandona o sufre desperfectos en su máquina, surge uno que otro piloto que lleva los colores de su país y su escudería al podio.
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